viernes, 14 de mayo de 2010

Letras de Sangre: Zombie Island, de David Wellington.


No soy un gran fan de los zombies, no he visto muchas de las pelis de Romero ni sigo habitualmente las andanzas de los muertos vivientes, y creo que este es el primer libro sobre el tema que leo, si descontamos Cell, donde no queda muy claro el tema zombie. Se puede decir que mi contacto con este mundo no muerto se centra más en el videojuego y si acaso en un par de pelis que, bueno, no me marcaron.

Sin embargo me pica de pronto una acuciante curiosidad, me gustaría acercarme a ellos y quizá escribir algo Z algún día. Por eso me animé a comprar Zombie Island, de David Wellington, y poco después Los Caminantes, de Carlos Sisi, y tengo la intención de seguir paseando entre muertos durante algún tiempo.

Zombie Island, para empezar, me ha parecido una novela muy, muy entretenida. Parte de una historia ya empezada, es decir, no nos cuenta el inicio de la infección sino que aterrizamos ya en pleno apocalipsis y sus orígenes se nos van desgranando conforme pasan las páginas, pero aún así eso no supone ninguna dificultad para que el libro enganche desde el principio.

David Wellington utiliza en Zombie Island una narrativa sencilla, cercana, lejos de barroquismos pedantes o de ralentizaciones de ritmo que te saquen de la trama. Describe cuando es necesario y situa la acción en un contexto tan familiar como es la ciudad de Nueva York, vamos, que con tres pinceladas de entorno el autor ya se puede centrar en contarnos la historia.

Y qué pedazo de historia, la verdad, de qué manera tan original David Wellington mete a sus protagonistas en una tragedia zombie sin rebuscados experimentos ni posesiones demoniacas.

Zombie Island cuenta dos historias que durante los primeros capítulos discurren paralelas y juegan al zig zag durante el resto de la novela. Por un lado tenemos a Delkab, el tipo de la ONU enfrascado en el rescate de los últimos medicamentos contra el SIDA en pleno Manhattan, secundado por su fanático ejército de muchachas somalíes, armadas hasta los dientes.

Por otro, y es en esta trama donde para mí Wellington encuentra los mayores aciertos pero también los obstáculos más grandes, Zombie Island gira entorno al personaje de Gary, un aspirante a médico que en un intento por no sufrir las consecuencias de la infección idea un rocambolesco método para morir sin estar muerto. Esta es la historia más interesante de Zombie Island, y de paso la más original, pero a mi juicio se jode y chirría cuando aparece un extraño Benefactor y Wellington se chuta todo ese rollo de la conciencia común y el control de mentes.

En general, Zombie Island es una novela muy recomendable, que da miedo cuando tiene que darlo, emociona de una manera muy acertada y, si entras en el juego que propone a partir de su segunda mitad, realmente te va a encantar.

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jueves, 6 de mayo de 2010

Presentación de 'Claro de Luna' en Espacio Canarias, Madrid.


El sábado ocho de mayo, a las ocho de la tarde, Miguel Aguerralde, autor de 'Claro de Luna' (Ediciones Idea, 2009) y de la inminente 'Noctámbulo' (Ediciones Idea, 2010) -y de paso redactor de este blog-, visitará Madrid de nuevo con su primera novela bajo el brazo, para presentarla esta vez en Espacio Canarias, en la calle Alcalá 91, junto al Parque del Retiro.



Se ha programado esta presentación en sábado para facilitar la presencia de invitados, así que no jodáis y pasaros por ahí que viajar desde Lanzarote pa' ná es tontería.

Además podréis comprar el libro, el que quiera, y si os gusta eso de mancharlo pedirle al autor que os lo firme. Para colmo, el comprador número cien se llevará un billete en primera para un fin de semana con todos los gastos a donde le apetezca. Vamos, si vendo cien yo le llevo en palmitas a donde le salga...

En fin, esta es la nota de prensa. Será un placer recibiros en Espacio Canarias y charlar con todos de todo. Cuantos más mejor. Y después, fiesta.



Claro de Luna, de Miguel Aguerralde Movellán, se presenta
el sábado 8 en el Espacio Canarias de Madrid.


El autor refleja en esta obra «lo que todos hemos sentido al encontrarnos solos ante las espinas de la vida»

El acto cuenta con el respaldo del programa Canarias Crea.

Ediciones Idea ha lanzado, dentro de la colección Tid (Textos Idea), la primera novela de Miguel Aguerralde Movellán, Claro de Luna, una ficción sobre «la soledad de la indefensión, del camino de uno mismo por romper con la confortabilidad de la infancia y la adolescencia y atreverse a irrumpir en el mundo adulto como un soldado en campo abierto», en palabras del escritor. Esta obra se presenta el próximo sábado, 8 de mayo, a las 20:00 horas, en el Espacio Canarias. Creación y Cultura de Madrid (Calle Alcalá, nº 91). El autor estará acompañado por el escritor y poeta Luis Antonio González Pérez. El acto cuenta con el respaldo del programa Canarias Crea del Gobierno de Canarias para la promoción exterior de los creadores isleños.

La protagonista de Claro de Luna presenta un programa radiofónico nocturno en el que, cada madrugada, presta oídos a las voces anónimas que buscan en ella consuelo y compañía. Una de esas llamadas resulta ser diferente a todas las demás; a medio camino entre un crimen horrible y una broma macabra. Desde ese momento, Luna se sentirá acosada y sumida en una espiral de miedo y confusión en la que sólo tendrá la ayuda de un joven del que sabe tan poco como de ella misma. Según Miguel Aguerralde, Claro de Luna, «la metáfora de una joven locutora solitaria torturada por un sin fin de terrores y dudas, no es más que el reflejo de lo que todos hemos sentido al encontrarnos por primera vez solos ante las espinas de la vida». El escritor no esconde la influencia en esta obra de un programa radiofónico del estilo de Hablar por hablar: «En mi casa nunca fuimos fieles a este tipo de programas, pero, sin embargo, jamás olvidaré una noche de insomnio en la que el azar me llevó a sintonizar uno de ellos. Bien entrada la madrugada, recibieron la llamada de una mujer que decía ser ciega y que entre susurros afirmaba temer a su marido. Le temblaba la voz, parecía horrorizada, y de repente, con una exclamación, la llamada se cortó. La presentadora, enfadada, se lo tomó como una broma de mal gusto, pero a mí, que debía rondar los trece o catorce años, me heló la sangre y siempre me pregunté qué habría sucedido. Supongo que esa noche nació Claro de Luna».

Miguel Aguerralde reconoce que, sin haber sufrido las penurias de la protagonista, sí se ha inspirado en algunos aspectos o experiencias de su vida, como su «inquietante casa y parte de lo que allí le sucede». Se trata, apunta el autor, del «primer apartamento al que me mudé cuando salí de casa de mis padres, un cubículo aterrador pegado al Parque San Telmo, sin mirilla ni apenas luz al final de un tétrico pasillo, con una comunidad de vecinos espeluznante y una sucesión de sonidos indeterminados cada noche. Ponía los pelos de punta.».

En cuanto a sus maestros literarios, Miguel Aguerralde Movellán cuenta que la primera vez que se propuso «inventar una buena historia fue al terminar La Esfinge de los Hielos, de Julio Verne. Quería más, mucho más». Posteriormente, «el suspense aventurero de los primeros libros de Arturo Pérez Reverte, el terror cercano de Stephen King o la imaginación macabra de Clive Barker han influenciado por encima de otras lecturas en mi manera de entender la escritura», añade.

Trayectoria

Miguel Aguerralde Movellán nació en Madrid a finales de los setenta, pero siendo aún muy pequeño su familia se estableció en Las Palmas de Gran Canaria. Canario de adopción, pasó su infancia y su adolescencia embarcado en un viaje de libros de aventuras y novelas de misterio, hasta que en el año 2000 se atrevió a tomar la iniciativa y empezó a escribir él mismo las historias que le hubiera gustado que otros le contaran. Desde entonces ha compaginado una infinidad de ocupaciones con su vocación de cuentacuentos, volcando en su viejo portátil y en varias docenas de cuadernos y libretas todo aquello que brotaba de su inquieta imaginación. Hoy en día se dedica a la docencia y dirige el blog www.desdeelsotano.es, de críticas de cine y literatura, donde cuelga sus relatos y practica la escritura cada día. «Nunca paro de escribir», afirma Aguerralde. Por eso, la publicación de su primera obra, Claro de Luna (Ediciones Idea, 2009), coincide «con otras seis o siete novelas esperando su turno o su golpe de suerte».

Para más información:

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lunes, 3 de mayo de 2010

Letras de Sangre: Tres Funerales para Eladio Monroy.


No había leído a Ravelo, conocía su nombre, su cara, su obra, su fama... pero soy tan tocinón que no había leído todavía ninguna de sus novelas. Es una laguna que tengo y me duele reconocerlo, mucha lectura pero de poca variedad. Intento remediar eso, y para acercarme a Alexis Ravelo me apetecía, y mucho, leer Tres Funerales para Eladio Monroy.

Mi amigo Pepe Correa me inyectó el virus de la novela negra engarzada en Las Palmas y el Eladio Monroy de Ravelo no ha hecho más que confirmarme que mi ciudad es un puntazo como escenario para crímenes, misterios y tragedias -como ya sabrá aquel que haya leído Claro de Luna-, y supongo que también para muchos otros tipos de historias.

Pero lo mío es la novela negra y con Tres Funerales para Eladio Monroy he disfrutado como un enano. Este veterano marinero retirado, que se gana la vida trapicheando por aquí, arrancando trabajillos por allá, me ha llevado de la mano, y sin soltarme, por una inteligente y cercana trama de corrupción, de videos prohibidos, de prostitución de lujo y esa violencia oculta pero a flor de piel en una ciudad retratada magníficamente.

Me ha encantado de Alexis Ravelo la manera tan sencilla, cruda, tal vez, directa, con la que nos sumerge en las entrañas de Las Palmas, con la que nos presenta y desarrolla en cuatro pinceladas bien dadas a unos personajes de carne y hueso, tan reales que hueles su sudor en esas páginas. La dureza de Eladio Monroy refleja lo mejor del héroe rocoso y pendenciero, que no deja a un lado ningún desafío, el hombre bravo y echao pa alante de un viejo lobo de mar criado entre callejones y cuartos de calderas.

Sin embargo es un héroe que no duda en mostrar su lado más humano, en ese acierto de relación con Gloria, en ese meditar sobre su hija perdida, o sobre Loreto.


La autenticidad de Eladio y la verosimilitud de los diálogos y situaciones son los que convierten Tres Funerales para Eladio Monroy en una novela negra de obligada lectura, en un goce que aúna lo mejor de Bogart con Ricardo Blanco y Pepe Carvallo y en el que todos podemos encajar.

Tres Funerales para Eladio Monroy se me escapó de las manos en apenas tres tardes, enganchado sin pestañear al suspense, avivado en cada página, y a la emoción de un Harry el Sucio sin placa ni pistola. Una lectura que recomendar y una novela que, como otras antes, me ha obligado a reconocer lo cortito que soy por no haberla descubierto en su momento.

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