Letras de Sangre: Zombie Island, de David Wellington.
No soy un gran fan de los zombies, no he visto muchas de las pelis de Romero ni sigo habitualmente las andanzas de los muertos vivientes, y creo que este es el primer libro sobre el tema que leo, si descontamos Cell, donde no queda muy claro el tema zombie. Se puede decir que mi contacto con este mundo no muerto se centra más en el videojuego y si acaso en un par de pelis que, bueno, no me marcaron.
Sin embargo me pica de pronto una acuciante curiosidad, me gustaría acercarme a ellos y quizá escribir algo Z algún día. Por eso me animé a comprar Zombie Island, de David Wellington, y poco después Los Caminantes, de Carlos Sisi, y tengo la intención de seguir paseando entre muertos durante algún tiempo.
Zombie Island, para empezar, me ha parecido una novela muy, muy entretenida. Parte de una historia ya empezada, es decir, no nos cuenta el inicio de la infección sino que aterrizamos ya en pleno apocalipsis y sus orígenes se nos van desgranando conforme pasan las páginas, pero aún así eso no supone ninguna dificultad para que el libro enganche desde el principio.
David Wellington utiliza en Zombie Island una narrativa sencilla, cercana, lejos de barroquismos pedantes o de ralentizaciones de ritmo que te saquen de la trama. Describe cuando es necesario y situa la acción en un contexto tan familiar como es la ciudad de Nueva York, vamos, que con tres pinceladas de entorno el autor ya se puede centrar en contarnos la historia.
Y qué pedazo de historia, la verdad, de qué manera tan original David Wellington mete a sus protagonistas en una tragedia zombie sin rebuscados experimentos ni posesiones demoniacas.
Zombie Island cuenta dos historias que durante los primeros capítulos discurren paralelas y juegan al zig zag durante el resto de la novela. Por un lado tenemos a Delkab, el tipo de la ONU enfrascado en el rescate de los últimos medicamentos contra el SIDA en pleno Manhattan, secundado por su fanático ejército de muchachas somalíes, armadas hasta los dientes.
Por otro, y es en esta trama donde para mí Wellington encuentra los mayores aciertos pero también los obstáculos más grandes, Zombie Island gira entorno al personaje de Gary, un aspirante a médico que en un intento por no sufrir las consecuencias de la infección idea un rocambolesco método para morir sin estar muerto. Esta es la historia más interesante de Zombie Island, y de paso la más original, pero a mi juicio se jode y chirría cuando aparece un extraño Benefactor y Wellington se chuta todo ese rollo de la conciencia común y el control de mentes.
En general, Zombie Island es una novela muy recomendable, que da miedo cuando tiene que darlo, emociona de una manera muy acertada y, si entras en el juego que propone a partir de su segunda mitad, realmente te va a encantar.
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